La correa de distribución es el elemento que transmite el movimiento circular del cigüeñal hacia el o los ejes de levas (árboles de levas), mediante el cual se accionan las válvulas de admisión y de escape. Algunas correas de distribución también accionan otros elementos del motor como la bomba de agua o las bombas mecánicas de inyección de combustible.
Al estar tantos elementos conectados por la correa de distribución estos deben de estar perfectamente sincronizados, las válvulas de admisión y escape deben accionarse en el momento oportuno, del mismo modo que la inyección de combustible (mecánica) debe de funcionar también al compás de los otros elementos.
Esta sincronización se llama puesta a punto de la distribución, puesta en fase o calado de la distribución. Cada elemento móvil accionado por la correa tiene que estar en un punto determinado antes de colocarla, para que de este modo todos los elementos del motor puedan funcionar sin interferir entre ellos. Una correa de distribución mal calada puede dar lugar a una pérdida de prestaciones si el decalaje es pequeño. Si este es grande, es probable que las válvulas y los pistones puedan llegar a chocar, causando graves averías internas en el motor, las cuales según el coche no merecerá la pena reparar.
Existen los llamados motores de no interferencia, en los que las válvulas y los pistones no llegarían a chocar y donde la rotura de la correa no tendría más consecuencias que una nueva puesta a punto de la distribución.
Las correas de distribución tienen dos caras. La interna es dentada y es la que arrastra los elementos que tienen que ir perfectamente sincronizados. La externa es lisa y en esta cara se apoyan los rodillos tensores, que hacen que la correa quede sujeta, y otros elementos como la bomba de agua, que no tienen la necesidad de girar en absoluta sincronía.
La correa de distribución es un elemento de mantenimiento preventivo más, aunque sus cambios se extiendan más en el tiempo y sean una de las operaciones de mantenimiento más costosas del coche. El tiempo o kilometraje para cambiar la correa de distribución está determinado por el fabricante y oscila entre los 90.000 y 160.000 kilómetros aproximadamente. Respetar el tiempo (sin necesidad de llegar al kilometraje) es importante para evitar roturas de la correa, que se deteriora con el paso del tiempo.
Hay una serie de condiciones que hacen que sea recomendable prestar más atención al estado de las correas de distribución y cambiarlas antes de tiempo si es preciso. Quienes hacen muchos recorridos cortos y en ciudad, por ejemplo, han de extremar las precauciones, al igual que quienes viven en climas extremos (por frío o calor) o quien aparca el coche en la calle o se mueva en ambientes muy polvorientos, lluvias o con barro.

Consultar el manual de usuario para determinar los intervalos de cambio
Con una inspección visual de la correa podemos detectar problemas. Si esta presenta agrietamientos, decoloración evidente, desprendimientos, ligeras roturas o desgaste acusado, es aconsejable cambiarla para evitar males mayores. Del mismo modo, si adquirimos un coche y no estamos seguros del mantenimiento que se le haya realizado, es aconsejable cambiar la correa, así como los líquidos y filtros, para asegurarnos del correcto mantenimiento del vehículo.
A la hora de cambiar la correa de distribución, es importante no escatimar en gastos y sustituir todos los elementos periféricos. Así, deberemos cambiar todos los tensores y la bomba de agua si esta se acciona por la correa. También es conveniente sustituir los retenes de los árboles de levas y del cigüeñal, para evitar posibles fugas por el deterioro de las mismas en el futuro. En el caso de contar con árboles contrarrotantes (empleados para equilibrar el motor y disminuir vibraciones), también hay que cambiar sus correas de accionamiento (de ser independientes) y los rodamientos necesarios.
Escatimar en estos elementos puede suponer que alguno presente defectos a posteriori, lo que implicaría volver a desembolsar el coste de toda la mano de obra, que es lo más costoso en una sustitución de la correa de distribución.
El coste de un cambio de correa de distribución es muy variable en función del vehículo y de los recambios necesarios, pero lo normal es que oscile entre los 250 y 600 euros.
Desmontar y montar la correa de la distribución es una tarea compleja y que es aconsejable que sea realizada por personal especializado. Exige algunos conocimientos técnicos y herramientas adecuadas. No seguir los pasos de forma adecuada puede dar lugar a averías y roturas que fácilmente alcanzarán las cuatro cifras.
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El artículo Correa de distribución ha sido originalmente publicado en Actualidad Motor.